El núcleo de Luzás alberga una de las muestras más interesantes de fortificación medieval que se conservan en el Alto Aragón. Su forma y su altura lo configuran como un punto de interés cultural e histórico. Su orientación le otorga además un especial interés como observatorio de la panorámica del cercano Pirineo y de las sierras que lo defienden.
La torre principal es de planta pentagonal aunque interiormente tiene planta cuadrangular. Se alza sobre los 25 metros y el grosor de sus muros alcanza los dos metros y medio. Si se cuentan los mechinales visibles se atiende a que disponía de seis alturas. En el tercero de ellos se halla la puerta, por lo que el acceso se realizaba por escalera para ayudar a su confinamiento defensivo en caso de ataque. Astilleras y ventanas, algunas con arcos de medio punto, lucen junto a la curiosidad de un curioso esviaje hacia las esquinas exteriores, lo que les da un particular aspecto. El remate tal vez sería almenado pero ha desaparecido así como el tejado.
Este castillo es de construcción aragonesa, siendo parte de la línea defensiva creada por Ramiro I para defender el condado de Ribagorza, al igual que el cercano de Viacamp, de origen musulmán. En 1136 pertenecía al conde de Pallars. Posteriormente, en 1292, fueron incorporados por Jaime II a la baronía de Castro. Restaurado en 2001 y posteriormente en 2007 y 2009, desde el 22 de mayo del 2006 esta catalogado como Bien de Interés Cultural.