La toponimia de Tolva está ligada a su orografía del terreno, un embudo entre montañas. Sin embargo, su origen se encuadra en época romana, pudiendo ser una encrucijada de los caminos que vertebraban el área entre Viacamp y Ciscar. El pueyo o 'puy', rematado ahora por la iglesia principal, dispone de una fuente que serviría de refresco y reposo al caminante.
Sin embargo no fue en este lugar donde se asentaron los primeros pobladores. El peligro en el periodo de la Reconquista hizo enriscar encima del Congosto el enclave de Fals, donde se halla el castillo y se encontraba el primer poblado.
La paz hizo que sus habitantes bajaron a las orillas del río y encontraran en el pueyo un lugar defensivo con mejor suministro y tierras, despoblando paulatinamente, salvo por el solitario Mas, la protección del castillo. Los escudos mostrados en los dinteles que las puertas de varias casas de Tolva indican la propiedad de hombres libres de estas primeras viviendas.
La existencia de Tolva en época posterior se engarza con la de la historia de Ribagorza, con las guerras por su dominio, y su ubicación de puesto fronterizo con la cercana Cataluña. La mejora de los procesos agrícolas consolidó la población del enclave y la elevación de la iglesia parroquial de Santa María de Puy, además de la proliferación de molinos.
La despoblación por la salida a la ciudad ha marcado las últimas centurias donde sobresale los acontecimientos vividos durante la Guerra Civil. Tolva, como toda Ribagorza, estuvo en territorio republicano hasta la ofensiva franquista de 1938. Las colectivizaciones se produjeron en este corto espacio bajo el gobierno de un comité anarquista como ocurrió en otras poblaciones tras el frente aragonés. La llegada de las tropas africanas obligó a parte de la población al exilio o a esconderse en Fals o en cuevas cercanas, cerca del río Arigona, para evitar represalias. antes de la ocupación se produjo un bombardeo que destruyó varias casas, una donde se sitúa ahora el parque infantil y otra frente a Casa Sastret.